- Noticias
- 0 me gusta
- 3396 visualizaciones
- 0 comentarios
- madera, rodapie, rodapies
Los rodapiés de una habitación son muy importantes por la estética que crean en la misma. Los rodapiés están destinados a ocultar las juntas de dilatación de los suelos de tarima, a tapar los cortes de los materiales, a aislar los encuentros entre pared y pavimento,... E incluso pueden ocultar cables e instalaciones eléctricas o de datos.
Cambiar el viejo rodapié de una habitación es mucho más sencillo de lo que parece, siempre y cuando contemos con los materiales y las herramientas adecuadas y sigamos atentamente todos los pasos que a continuación os detallamos.
Lo primero de todo es quitar el rodapié original. Lo normal es que sean de madera o aglomerado y estén clavados a la pared. Haciendo palanca con una pata de cabra o, en su defecto, con un destornillador, los podremos separar fácilmente para retirarlos. Es aconsejable que conservemos las piezas viejas, si no están rotas, para medir los nuevos tramos que necesitaremos.
Si los rodapiés son de cerámica, serán más complicados de quitar, ya que suelen estar pegados con cemento-cola. En este caso, tendremos que picarlo con un cincel o cortafríos y una maceta de albañil. Una vez retirados hay que dejar la pared perfectamente limpia y lisa para poder encolar o clavar el rodapié de madera o aglomerado.
Una vez retirados los antiguos rodapiés y seguir con el trabajo, es necesario que dispongamos de una herramienta que corte las piezas en inglete. Aunque puede hacerse con un serrucho de costilla y una caja de ingletes. Los tramos rectos también deben unirse con uniones en bisel (45%) para que las juntas queden mejor disimuladas.
Las piezas cortadas se colocan con adhesivo o con clavos. Lo más habitual es hacerlo con clavos de acero galvanizados, de color marrón oscuro, son mucho más resistentes y no se doblan al golpearlos, aunque si contamos con una pistola de clavar iremos mucho más rápido y conseguiremos mejores resultados.
Si pegamos el rodapié a la pared tardaremos menos tiempo, pero luego nos resultará más difícil retirarlo si queremos volver a cambiarlos.
Si las uniones entre las piezas no son muy exactas, se pueden rellenar con masillas para madera del color adecuado, blanco, roble, nogal,... del mismo color que los rodapiés que hemos elegido.
Si quieres aprovechar para alojar cables en el interior del rodapié, los hay con canaletas internas destinadas a este fin.
Los rodapiés de mejor calidad son los de madera maciza sobre todo los de maderas tropicales. Los rodapiés de derivados de la madera resisten peor la humedad y suelen terminar por hincharse o deteriorarse.
Comentarios (0)