Los zócalos de madera son la solución perfecta para rebajar la altura del techo o para acortar un pasillo largo, aunque también protegen la pared del roce de los muebles y son muy decorativos. Los cortes se deben realizar con una caja de ingletes para que las esquinas de los zócalos se ajusten a la perfección.

    Más allá de su función decorativa, el zócalo o rodapié, tiene un papel protector de la zona inferior de la pared, más expuesta a golpes, rozaduras o manchas. Si estás pensando sustituir el zócalo antiguo o bien te has decidido a ponerlo nuevo has de tener en cuenta que es una tarea sencilla pero hay que llevar cierto cuidado, pues podrías deteriorar la pintura de la pared o el papel, lo que al final te supondría un trabajo extra.

    Antes de colocar los listones de madera que componen el zócalo, hay que dejar que estos se aclimaten a la temperatura y humedad de la estancia. Para ello, simplemente hay que sacarlos de su embalaje y dejarlos en el suelo de la habitación durante al menos una semana.

    Si tienes que retirar un zócalo antiguo, sólo tienes que hacer palanca con una barra de hierro o destornillador grande. Normalmente, los zócalos están sujetos por unas pequeñas puntas, sin adhesivo, lo que facilita la labor.
Una vez retirado se coloca la tira del nuevo rodapié para calcular dónde se tendrán que hacer los cortes. En este punto, hay que tener especial cuidado con las esquinas de las estancias. A continuación, se marcan con un lápiz los puntos de los cortes, que se realizaran con una caja de ingletes para que las esquinas de los rodapiés se ajusten a la perfección. Todos los cortes deben pulirse con papel lija para eliminar las posibles rebabas.

    Seguiremos explicando cómo instalar el rodapié en el siguiente artículo.

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