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Algunos nudos pueden crear diseños naturales muy originales, frente a otros defectos como las grietas, que hacen la madera inservible.
Los defectos naturales de la madera, pueden resultar atractivos en determinados trabajos o dar al traste con el mejor de los acabados. Los nudos, grietas, cantos son algunos de los defectos más habituales. Un buen cepillado o lijado puede mejorar el aspecto de la madera, pero en ocasiones, ni siquiera así se consigue salvarla. Lo más aconsejable es adquirir siempre madera seca, pues es en este proceso cuando surgen la mayor parte de los problemas.
La madera es uno de los materiales más utilizados, al existir una gran variedad de clases se puede utilizar tanto para el revestimiento de suelos, como de paredes y para todo tipo de mobiliario para el hogar.
Entre los defectos más comunes de la madera están los nudos. Un nudo marca el lugar de nacimiento de una rama. Puede tener diferentes tamaños, según el momento en el que se haya cortado la rama, o ésta se haya caído. La presencia de nudos, puede dar lugar a zonas más elevadas, por lo que siempre es aconsejable cepillar y lijar esos puntos. Cuando compramos madera ya tratada este paso viene realizado de fábrica. Los nudos mejoran el aspecto de la madera añadiendo toques naturales muy originales.
Otro defecto más común son las grietas. En este caso ocurre lo contrario a los nudos. Si detectamos una grieta es conveniente eliminarla en las primeras fases para evitar que continúe su crecimiento. Si la grieta crece de una forma irregular, podemos dar por perdido el mueble o la tarima, aunque siempre conviene hablar con un profesional para ver la solución. La provocación de las grietas suele estar provocada por un proceso de secado rápido.
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