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Cuando estamos viendo modelos de suelo laminado siempre vemos el apellido de AC3, AC4, etc. La sensación que nos deja es que mientras más alto sea el número, mejor será el suelo.
Pero ¿Qué significan realmente esas siglas? Muy sencillo: AC se refiere a la dureza y resistencia del suelo, para lo que se hace un test de abrasión y, dependiendo de los resultados se le otorga una clasificación u otra.
Efectivamente, esto quiere decir que un suelo AC5 tiene más resistencia al desgaste que uno AC3. El test de abrasión se realiza con un rodillo que tiene una lija que va dando vueltas por la superficie. Según el número de vueltas que dé la lija antes de que el suelo pierda su capa decorativa se establecen las calificaciones AC. Según la norma EN 13329, esta es la resistencia al desgaste y la abrasión según número:
- AC-1 (más de 900 vueltas)
- AC-2 (más de 1.800 vueltas)
- AC-3 (más de 2.500 vueltas)
- AC-4 (más de 4.000 vueltas)
- AC-5 (más de 6.500 vueltas)
Pero aquí no acaba la historia porque como veis, el AC sólo marca la resistencia a la abrasión, pero no la calidad del suelo.
Para elegir un suelo según su calidad tenemos las calificaciones "Clase 31", "Clase 32", etc.
Esto resulta curioso y es que las clases cuyo primer dígito es el 3, es decir, clase 32, 33, etc, están pensadas para uso comercial (Las de uso exclusivamente doméstico empiezan por 2, por ejemplo, 21, 22, 23.)
Esto quiere decir que si vamos a elegir un suelo para el hogar, nos basta con la clase 31.
- Clase 31 - Para uso doméstico intensivo - comercial moderado.
- Clase 32 - Para uso doméstico intensivo - comercial normal.
- Clase 33 - Para uso doméstico intensivo - comercial intensivo.
- Clase 34 - Para uso doméstico intensivo - industrial moderado.
En caso solamente doméstico:
- Clase 21 - Para uso doméstico moderado.
- Clase 22 - Para uso doméstico general.
- Clase 23 - Para uso doméstico intenso.
Esto junto a los milímetros que tenga la lama de grosor (las hay desde 7 mm hasta 12 mm) es lo que tenemos que tener realmente en cuenta a la hora de elegir un suelo.
Conclusión. La resistencia a la abrasión (AC3, AC4, etc) Es importante pero también lo es (quizá incluso más importante) la calidad real de la lama (la clase de uso) y el grosor de la misma.
Seamos realistas, ¿Cuántos muebles tenemos que arrastrar por casa y cuántos paseos darnos para que todo eso iguale a 1800 vueltas de lija con un rodillo?.
Es preferible, por ejemplo, un AC3 de clase 32 y 9 mm, que un AC5 de clase 31 y 7 mm.
Pero bueno, igualmente, dicho todo lo anterior y como bien indican nuestros compañeros de Puertas Miret de donde ha salido este post y es que hay una cosa que no podremos evitar... ¡Quedarnos con el más bonito!
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